domingo, diciembre 20

PAPELERA MASSUH.



Los trabajadores de Papelera Quilmes (ex Massuh) pudimos conservar nuestra fuente de trabajo después de una pelea de muchos meses, movilizándonos a todas partes y aguantando en la puerta de la fábrica gracias a la solidaridad de vecinos, trabajadores, estudiantes y organizaciones políticas y sociales. Esta solidaridad nunca la olvidaremos, porque permitió que nuestra decisión de luchar por la fuente de trabajo no cayera viendo que pasaban los meses y seguíamos sin respuesta y con la necesidad de llevar el pan a casa cada día.

En esos meses, al ver que no había respuesta ninguna por parte de la patronal, nos decidimos a reclamar que el gobierno se hiciera cargo de la empresa, y empezamos a movilizarnos con esa bandera a los actos donde venía la presidenta y expresarlo en los pocos medios de comunicación que nos prestaron atención, hasta que el Primero de Mayo, con el apoyo de todos los trabajadores que habían concurrido a celebrar su día, hicimos escuchar nuestro reclamo de “Estatización bajo control obrero de Massuh” al frente mismo de la Casa Rosada.

Gracias a esta pelea conseguimos un primer triunfo: que el gobierno pusiera la plata para reiniciar la producción. Como había sido nuestra decisión durante todo el conflicto, la fábrica se puso en marcha con todos los trabajadores adentro. Se fue normalizando el cobro de los salarios, e incluso hicimos reincorporar a algunos de los compañeros que habían sido despedidos anteriormente por Massuh. También se empezó a tramitar la inscripción de un sindicato de los compañeros mensualizados (supervisores y técnicos). El sindicato papelero no les permite afiliarse con la excusa de que tienen cargo jerárquico, y los mensuales no tienen la representación gremial a la que todos tenemos derecho.

Pero los trabajadores vamos a tener que seguir luchando, porque quedan muchos problemas pendientes para resolver, como por ejemplo el régimen de trabajo de siete días trabajados por un franco, régimen inhumano que no nos permite un domingo con la familia si no muy de tanto en tanto, y que queremos cambiar por lo menos por un siete por dos, que además crearía nuevos puestos para compañeros que están sin trabajo. También el salario que quedó muy bajo para muchos compañeros: aunque se dieron algunas recategorizaciones, el salario en sí no aumentó, y muchos compañeros cobran 1.500 pesos por mes, con lo que no puede vivir nadie.

Cuando viene trabajo para exportar, la nueva administración quiere que en la sección conversión, que es donde hacemos ese trabajo, aumentemos la producción, e incluso que empaquetemos a mano. Pero esta sección es la que más abajo quedó en salario y categorías. Y cuando los trabajadores insistimos con la necesidad de un aumento, nos amenazan con mandar a empaquetar afuera. No entendemos: ¿no hay plata para aumentos pero sí para pagar un extra mandando el trabajo afuera? Pareciera que cuando se trata de acallar los reclamos de los trabajadores, la “inversión” sí se puede hacer.

Y hay otro asunto pendiente que si no se soluciona veremos peligrar de nuevo la fuente de trabajo, y son las obras para frenar la contaminación. Hace tres meses, vino una orden de clausura judicial por contaminación, y el 6 de enero vence el plazo que dio el juez para hacer las obras. Primero, nos llama la atención que durante cincuenta años Massuh haya contaminado el río sin clausuras, y ahora, después de nuestra lucha contra el cierre de la empresa, lleguen las resoluciones judiciales. Además, los medios que nunca quisieron darnos un espacio cuando estábamos en lucha, en cuanto logramos que se reabriera la fábrica dedicaron mucho espacio a protestar contra la intervención estatal en la producción, y cuando vino la clausura, más espacio para exigir que se cumpliera la orden judicial y la fábrica se cerrara. Estos mismos medios nunca antes habían denunciado la contaminación que producía Massuh.

En una conferencia de prensa, el intendente de Quilmes Gutiérrez dijo que habría un dinero del gobierno nacional para obras descontaminantes en la provincia. Pero en la fábrica no se empezó a hacer nada, y los días pasan y la laguna volvió a dar mal olor, y los que sufrimos la contaminación somos los vecinos y los trabajadores.

Además de pelear por nuestro salario y condiciones de trabajo, los trabajadores de Papelera Quilmes vamos a pelear contra la clausura en caso de que la vuelvan a ordenar. Sabemos que las obras para descontaminar se pueden hacer sin parar la producción ni dejar en la calle a 500 familias, y pedimos la solidaridad de los vecinos para esto. Cuando fue el primer intento de clausura, muchos vecinos se pronunciaron en contra de que cerraran la empresa, porque vieron lo que tuvimos que pasar para seguir trabajando, y con esos vecinos queremos luchar unidos para que el gobierno ponga los fondos necesarios para las obras.

Lamentablemente, el gobierno, en vez de expropiar la fábrica, solamente estatizó la administración, y le “alquila” la fábrica a la patronal. Esto es injusto, porque de esta manera las obras que se hagan a costa de nuestro trabajo y de los fondos del Estado van a quedar como beneficio para una patronal que contaminó el río y fundió la empresa, y si vuelve a hacerse cargo de la fábrica, va a volver a hacer lo mismo. La única garantía para mantener la continuidad de los puestos de trabajo y lograr un plan serio de descontaminación es la estatización definitiva, y que la fábrica funcione bajo control de los trabajadores.

Por todo esto tenemos que seguir luchando:

*Aumento de salarios

*Régimen de siete por dos

*Basta de amenazar a los trabajadores que reclaman: que ningún trabajo se haga fuera de la empresa

*Reconocimiento del sindicato de los mensuales

*No a la clausura: obras de descontaminación dirigidas por trabajadores y vecinos

*Estatización definitiva de Papelera Quilmes bajo control de sus trabajadores

Papeleros en la agrupación

Trabajadores Sin Cadenas

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Patricia: 1564936884 – Ernesto: 1554000084

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